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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Cuentos para un verano caliente

En las profundidades del estado de derecho -allí donde jamás llegamos los ciudadanos de a pié- alguien debió de dar la instrucción de cambiar el chip.

Esta expresión de "cambiar el chip" es utilizada, incluso por quienes no tienen la más remota idea de lo que significa, desde que los adminículos informáticos se incrustaron en nuestras vidas. Por cierto, sin que parezcan tener la menor intención de marcharse, muy por el contrario.

Cuando decimos a alguien "cambia el chip", le estamos sugiriendo que modifique su percepción de lo que le sucede, incorporando nuevos elementos, y dejando a un lado los que le están obsesionando y le impiden conseguir metas o logros.

La orden emitida desde las catacumbas gubernamentales, a las que solo tienen acceso muy pocos, no significa que vayan a cambiar el chip, sino, por los síntomas que se van percibiendo, que nos lo quieren cambiar a nosotros, los de fuera.

 

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