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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre la probabilidad de que el cambio climático sea una ideología

Bajo el sugerente -y enigmático- marco global de "Ingeniería y sociedad contemporánea: seis grandes temas", el Colegio de Ingenieros de Caminos (demarcación de Madrid) ha organizado un ciclo de conferencias, que se impartirán fuera de la hermosa sede de la Institución, en el propósito "de acercar la ingeniería a la sociedad".

La primera conferencia fue encomendada a Luis Irastorza, consejero delegado del Desarrollo Urbanístico de Chamartín ("DUCH") y versó sobre "La ingeniería frente a los dilemas del clima" (10 nov. 2010). Dentro de esa intención de acercamiento al público general, el acto tuvo lugar en el Círculo de Bellas Artes, que, junto INTIC, también figuran como co-organizadores.

Irastorza pronunció, en realidad, dos conferencias, prolongándose durante casi dos horas, lo que contribuyó, desgraciadamente, a espesar un tanto el ambiente en la "segunda parte" de la misma, justamente en la que abandonó las disquisiciones filosófico-probabilísticas, para aportar un buen número de gráficos y datos.

Toda esa información sobre los estudios y proyecciones que están realizando los 23 centros que poseen modelos de predicción climática globales, la puso Irastorza al servicio, de la confirmación de la línea argumental por la que se había decantado personalmente: aunque puede haber un fondo de intereses mercantiles, el riesgo de cambio climático es importante, ha sido provocado por la actuación del hombre, y, dada la entidad de las consecuencias, su generalidad y su inmediatez, obliga a tomar medidas urgentes y que supongan la actuación a nivel global.

"Existen dosis de incertidumbre en la concreción de los riesgos climáticos, pero son mucho más importantes las que existen en evaluar los costes de estabilización".

No será sencillo encontrar la solución a tal desafío, porque no será posible "la extrapolación de nuestro modelo de desarrollo al resto del mundo", implicando, en particular, "el desacoplamiento de crecimiento de pib y consumo de energía en la década 2011-2020, lo que no se ha producido nunca antes en la historia de la humanidad".

España, para Irastorza, ocupa un papel "absolutamente marginal, con conocimiento disperso y sin instrumentos; debería despolitizar el debate y dedicar, de inmediato, recursos a la investigación de las medidas que habría que adoptar. No es un tema de ideologías y en ese análisis, la ingeniería tiene un papel muy relevante: es lo que más va a modificar el mercado, pero habrá que adoptar un nuevo modelo de desarrollo".

Estamos muy de acuerdo con la exposición de Irastorza, quien reconoció, a una pregunta de uno de los asistentes que, pensando que el público no estaría formado por ingenieros, había preferido ser más divulgativo y no detenerse en las medidas técnicas que se relacionan con el tema climático.

Aunque la cuestión -tan importante- quedó como un asunto residual, el conferenciante enumeró, entre otras medidas técnicas, y de forma desordenada, la mejora en la generación y distribución eléctricas, el aumento de la eficiencia en la captación de la energía solar, el perfeccionamiento en el uso de las formas de energía nuclear, en particular, en relación con los resultados del proyecto iter y el colisionador de halones, la modificación del urbanismo ("es absurdo mantener los diseños energéticos actuales"), el cambio sustancial en los medios y usos del transporte, etc.

Para los ingenieros, los efectos del cambio de clima, supondrán nuevos trabajos y desafíos: diques y muros de contención más resistentes a los empujes marítimos, mejor control de inundaciones y aluviones, tratamiento atemperador de las sequías, nuevos diseños para las ciudades y el transporte, etc. 

Quedó así esbozada una segunda parte para el debate sobre el clima, hasta ahora, escasamente tratado por estas latitudes: si el cambio climático nos va a afectar, y parece que lo hará gravemente (España está en la zona de altos riesgos), es imprescindible preparar medidas técnicas que disminuyan los impactos. Y aquí si que no tenemos un papel secundario; estaríamos hablando de la seguridad de nuestros descendientes, quizá de los que nazcan dentro de solo un par de generaciones.

1 comentario

Covadonga -

Un reto enorme en un momento de decadencia moral e intelectual.
Dios nos coja confesados