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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre las primarias en el PSOE de Madrid: Mucha Esperanza

La proximidad de las elecciones municipales en España está provocando el lógico revuelo, que en Madrid ha tomado un tinte especial que, a pesar de la independencia ideológica -y, especialmente, política- que venimos dando a este Cuaderno, invita a hacer unos comentarios generales.

El PSOE ha tenido siempre muy difícil la recuperación de la plaza de Madrid, en la que, tanto en la Comunidad como en el Ayuntamiento, cuenta con la oposición de dos magníficos candidatos por parte del partido de la oposición, el PP.

Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón ofrecen, a lo largo de muchos años de andadura política, el perfil de gestor estratégicamente inteligente, popular y hasta populachero, a quienes no cabe imputar errores graves, sino hacerles responsables de una trayectoria con mucha visibilidad, con actuaciones beneficiosas para la población.

Es cierto que las actuaciones de ambos son también merecedoras de críticas, incluso de gran calado. Pero, si se analizan desde la perspectiva neutral, tratando de sacar consecuencias de lo que han hecho y cómo lo han vendido, aparecen como candidatos muy serios para continuar en el cometido público en el que ya llevan varias legislaturas.

El PSOE tiene, como partido, un gravísimo problema de credibilidad y de competencia ante la crisis. Las encuestas, con todas las reservas que quieran dárseles, demuestran que no es, ni de lejos, el partido preferido por la mayoría de los votantes.

En este contexto, nos parece un error el plantear unas primarias internas, entre dos candidatos, por lo demás, de perfil bajo.

Ni Tomás Gómez ha sabido aprovechar su posición como Secretario regional y líder de la oposición en el Ayuntamiento madrileño, pues, a salvo de melifluas apariciones sin carácter, se desconocen sus propuestas para la ciudad; ni Trinidad Jiménez, cabeza demasiado visible de un Ministerio sin éxitos aparentes (más bien, al contrario), y, lo que es peor, con una abrumadora derrota a sus espaldas como candidata de circunstancias en unas elecciones municipales anteriores, ofrecen garantía de presentar réplica sólida a su opositora, la actual alcaldesa Esperanza Aguirre.

Así que, gane quien gane en las primarias en la sede sociata, ni se robustecerá la opción ni se conseguirá -al revés- aglutinar al partido socialista ni, aún menos, ilusionar a los votantes que podrían desear un cambio, para probar un nuevo ritmo de la política municipal madrileña bajo una alcaldía fuerte, competente e imaginativa.

No hay esperanza, en fin, para el socialismo madrileño. Hay, por el contrario, Esperanza para más rato. Lo que, si gana el PP las elecciones generales, como parece, tampoco es malo.

Esto escrito, nos sumamos a una idea que empieza a tomar cuerpo en el electorado expectante: aquel partido de los mayoritarios que consiga liberarse de su líder actual, ganará abrumadoramente las elecciones generales. El país necesita recuperar el optimismo, convencerse de que la política es, también, lugar para los competentes, no solo para los fieles al aparato de los partidos. La sociedad civil quiere, de una vez, recuperar protagonismo.

Tiempo al tiempo.

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