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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre los gallegos en sentido natural y peyorativo

La rica y versátil lengua española permite, sin embargo, que algunos vocablos oculten varios significados. Esta economía fonética para un vocabulario tan amplio, tiene diversas razones, que no es cosa de descubrir aquí.

Una misma voz sirve, por ejemplo, para definir algo, como sustantivo, y, en otras ocasiones, para calificar, como adjetivo. Especialmente curriosas son aquellas palabras que, además de caracterizar, como patronímico, a los habitantes de un lugar, pueden ser utilizadas por otros e incluso por ellos mismos, en un determinado contexto, para incorporar otros significados, positivos o negativos.

Este es el caso de "gallego". Sirve, desde luego, para designar a los habitantes de Galicia, secularmente olvidada región del noroeste español, tierra que, como todos los espacios de cierta dimensión, ha producido momentos históricos memorables, caudillos, ricos (poquísimos), pobres, listos, normales (la mayoría) y otros algo menos dotados intelectualmente.

Entre los vivos nacidos en Galicia se encuentra Mariano Rajoy, actual presidente del Partido Popular. Rosa Díez, cuando el periodista Gabilondo le pidió, en un programa en directo, realizado a finales de febrero de 2010, que definiese a Rajoy con una sola palabra, lo caracterizó como "gallego", sin más, dejando abiertas al oyente todas las posibles interpretaciones, pero, como el líder del PP es gallego natural, nadie se molestaría en encontrarle otras.

El vocablo "gallego", mientras la Real Academia no borre para siempre esa acepción -la quinta, lo que hará en la versión de 2013-, tiene también, entre las otras, el significado de "tonto, falto de entendimiento o razón".

No es este el significado más frecuente, con el que se usa "gallego" en el lenguaje coloquial (además de su utilización, la más habitual, para referirse a los nacidos en Galicia).

Cuando se dice a alguien "no seas gallego" o de alguien "parece gallego", la referencia subliminal, lo es a la sospecha de que alguien no se define, porque no quiere, no precisa porque no le da la gana, oculta su verdadera posición, en medio de una hojarasca de palabras, porque no le apetece enseñar la gaita en ese momento, se va por peteneras adrede, huye a los cerros de Ubeda para que no le retraten ni le pillen.

Tampoco es que sea mala cosa, ser, así, gallego. Al fin y al cabo, es el resultado depurado de la prudencia imprescindible desarrollada como defensa por quienes han recibido muchos palos por enseñar sus sentimientos y devociones. Con los costillares magullados por la Historia grande y la pequeña, prefieren, por si acaso, que no se sepa exactamente de qué lado, si van o vienen, si suben o bajan de la escalera. Que el otro mueva ficha, para ver cómo respira, el primero.

En fin, para Rosa Díez, cántabra euskadizada, presidente/a de un partido emergente, José Luis Rodríguez Zapatero, presidente de Gobierno español, es un "gallego, en el sentido más peyorativo del término". Que debe ser la acepción quinta.

Si lo que se pretendía por Rosa Díez era hacer alarde de conocimiento del lenguaje, además de quedar demostrado que a la presidente de UPyD no le sobra prudencia cuando se expresa para el público, cabría hacer la observación crítica de que el leonés Zapatero tendrá sus defectos pero, caramba, tampoco es para tanto.

No ya hasta 2013, sino incluso aunque no se vaya más allá de 2012, año en el que se celebrarán las elecciones generales.

(Por cierto, Zapatero, podría ser caracterizado con menos polémica, dentro de la simpleza que implica poner un solo epíteto a un complejo argumental, como "cazurro". Aunque bastante gente cree que significa ser leonés -o sea, de León-, lo que significa oficialmente, en la acepción primera de la RAE es "malicioso, reservado y de pocas palabras", ya que cazurro y leonés no son sinónimos, al menos, para los que se sientan en los sillones de la Academia.

Esperamos, también, con algo de intriga, qué palabra utilizarán para definirla a ella sus contrarios políticos... con lo imaginativa que es toda esa basca: ¿cantabrona?.)

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