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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre el tráfico ilícito de materiales nucleares

Natividad Carpintero, secretaria general del Instituto de Fusión Nuclear, pronunció el 20 de enero de 2010, en el salón de Actos del Instituto de la Ingeniería de España,  una conferencia con el título "Tráfico ilícito de materiales nucleares".

La interviniente puso énfasis en que no se le grabara la conferencia, que fue brillante y muy atractiva, al menos, para quienes somos legos en estas materias, de compleja naturaleza, que se relacionan con la seguridad ciudadana y uno de sus opuestos, el terrorismo y la amenaza nuclear.

No entendemos exactamente la preocupación de Carpintero para que no se registrara su charla, pues no podía estar relacionada con la difusión de material confidencial -en lo que fue extremadamente prudente y cuidadosa-, ni mucho menos, con la menor reserva hacia la forma de su magnífica locución y exposición. Respetamos, sin embargo, su derecho de autora, que ha escrito mucho sobre este y otros temas relacionados con la seguridad, como el bioterrorismo -algunos disponibles en internet- por lo que nos limitamos a dar algunas pinceladas de un tema tan poco conocido.

Carpintero delimitó el objeto de su conferencia, de acuerdo con las definiciones de la OIEA, al caso particular de los materiales fisibles que pueden emplearse como explosivos para fabricar una bomba atómica (U236 y Pu 239). Después de enumerar las amenazas claves para la seguridad, según el concepto de la UE, entre los que figura el terrorismo provocado por la proliferación de armas de destrucción masiva, en una velocísima inmersión sistemática, se refirió a los 5 tipos de calificación de fuentes radioactivas de la OIEA, para encuadrar las dos especies de terrorismo nuclear:

a) bombas sucias, cuyo objetivo es causar pánico (Weapons of Mass Disruption), bien de explosión, que precisan al menso 20 kg de uranio altamente enriquecido (más del 90% de U235) o de implosión, que precisarían 35 kg al menos de U al 50% y Pu enriquecido como activador.

b) ataque convencional a instalaciones nucleares (ANFs), provocando la liberación de los elementos radioactivos.

Natividad Carpintero salpicó su intervención de algunas anécdotas y, sobre todo, la pobló de rigor y claridad. Especialmente interesante resultó, en nuestra opinión, la enumeración de los Acuerdos para Seguridad Nuclear (desde la Convención del 86, la CPPNM del 87, hasta las resoluciones de las NU 1540 (204) y 1673 (2006) y la CSN UN 1373 (2001), o las no vinculantes, como el Código de Conducta de 2003.


La disolución de la URSS, potencia nuclear que tenía un complejo desarrollo específico, generó la alarma mundial en relación con el destino de los materiales nucleares que quedaban sin el control imprescindible.

En las llamadas ciudades cerradas "ZATO", de las que se conocían 10, bajo la dirección del Minatom, vivían unas 100.000 pesonas, con diferentes grados de responsabilidad, conocimientos y valoración de las posibilidades y efectos de materiales y equipos con los que habían trabajado. Los casos de tráfico ilícito reportado fueron numerosos, siendo uno de los más significativos el descubrimiendo de 1972 kg de U enriquecido robado posiblemente de Elektrostal. La OIEA caracterizó en junio de 2002 las "fuentes huérfanas" nucleares, fundamentalmente, instalaciones de las ex-repúblicas soviéticas y, sobre todo, localizaciones en Georgia (gaanganta de Pankisi).

Entre las anécdotas, Natividad Carpintero se reifirió a la actuación del científico paquistaní (nacido en la India) Khan (Jan) Abdul Al-Quadir, padre de la bomba atómica de Pakistán y que fue acusado de haber vendido información a Maamer Al Guadafi (además de a Corea del Norte e Irán) para desarrollar un programa nuclear clandestino, y que ha sido recientemente liberado después de haber soportado un arresto domiciliario de varios años.

Pero la Conferencia no discurrió por el terreno de las anécdotas, sino de la información seria acerca de las formas que se están implementando o ya están instaladas para detectar el tráfico ilícito de materiales nucleares, desde la ITDB (Illicit Traffick Database), hasta los dispositivos de control y protocolos seguidos por la WCO (Organización Mundial de Aduanas), la Interpol, la Europol, la UPU (Unión Postal Universal), y las medidas marco, como la Iniciativa Global contra el terrorismo Nuclear (suscrita por los Presidentes Bush y Putin), la NSU (Nuclear Smuggling Outreach Initiative).

En muchos puntos fronterizos se han instalado detectores y monitores fijos o móviles, algunos capaces de detectar isótopos a menos de 100 m e incluso en vehículos con velocidades de hasta 50 km/h; y se están desarrollando detectores de neutrones.

No se podría concluir (la repsonsabilidad de esta reflexión es nuestra) que se pueda estar absolutamente tranquilos respecto al riesgo del terrorismo nuclear, pero la sensibilidad creciente de los mandatarios, presionada por la ciudadanía, ha colocado el tema de la seguridad nuclear y la detección del tráfico ilícito de los materiales nucleares como una de las máximas prioridades.

El CSN ha hecho de España el país de referencia para el protocolo mundial de detección en el sector del metal, con 250 pórticos activos; un español está desplazado a la OIA como experto. "El riesgo potencial se convierte en amenaza real según la situación"; en este momento, la reducción de las incertidumbres que demanda la ciudadanía pacífica, obliga a invertir más en detección de materiales y manipulaciones que puedan significar un riesgo.

¿Es excesiva esta preocupación? ¿El gasto merece la pena? ¿Se controla de forma suficiente? ¿Todas las rutas están sometidas a observación?. La ponente obtuvo un merecido aplauso, y el acto se cerró con un cóctel en el que algunos de los asistentes pudieron intercambiar más opiniones, advirtiéndose que en el público que llenó el salón había bastantes expertos en seguridad nuclear.

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