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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre la potencia calorifica del gas de ciudad

Si Vd. es observador, habrá notado que hay momentos en que la cafetera italiana con la que se prepara el café tarda muy poco en completar la operación, y otros en que parece eternizarse. ¿La razón? El poder calorífico del gas ciudad que llega a su instalación ha cambiado.

En Madrid, por poner un ejemplo concreto, a principio de la mañana (sobre las siete y media a ocho), ese poder calorífico es manifiestamente inferior que el que se proporciona a la red a, digamos, las cuatro y media de la tarde. La proporción de nitrógeno del gas debe ser, por tanto, notablemente superior.

Ignoramos cómo se toman las decisiones de variar las cantidades de gas natural que se suministran y, ay, qué efecto tienen sobre la facturación a los usuarios. La legislación vigente es un tanto oscura al respecto, dejando en el aire las responsabilidades concretas del proveedor para garantizar un mínimo de poder calorífico al gas entregado a la red y, desde luego, qué tipo de compensación se reconoce a los usuarios. Los contadores volumétricos, desde luego, lo único que miden es -a partir del dato de la velocidad con la que se mueven sus ruedecillas- las cantidades de gas que pasan por ellos, no sus cualidades para calentar el agua del café, de los radiadores o de la olla del cocido.

1 comentario

Guillermo Díaz -

Esto debe de ser como pasaba antiguamente con el pan... Como no puedo subir el precio, reduzco el peso de la barra.

Como el suministro del gas está regulado por precios plíticos, al no poder cobrar lo que el distribuidor quiere, baja la calidad.